DETALLES

Coloproctología




NUESTRA MISIÓN


El Doctor Carlos López Martínez posee más de 25 años de experiencia, trabajo y cuidado de salud avalan cada operación y tratamiento.


Benigna: Fístulas anorrectales


Las fístulas anorrectales son una patología muy frecuente, representan la manifestación crónica de los abscesos anorrectales, cursando con supuración crónica constante a través del orificio fistuloso externo generando humedad, picor y manchas en la ropa interior. Si se obstruye el orificio externo o interno del drenaje, puede producir dolor, fiebre y abscesos perianales de repetición.

Estas se pueden clasificar en:
· Simples: trayecto rectilíneo, único, corto y superficial.

· Complejas: trayecto largo y profundo o múltiples trayectos.

Además, según donde tengan el orificio de salida se dividen en:

· Altas

· Medias

· Bajas
El mayor problema del tratamiento de las fístulas reside en que estas, en la mayoría de los casos atraviesan el esfínter anal y para su curación es necesario disecarlas teniendo que cortar parte de este, lo que puede conllevar riesgo de incontinencia.
En la que tras marcar el trayecto fistuloso se abre hacia el exterior eliminando la fístula y dejando curar por segunda intención, es decir, sin suturar y mediante curas repetidas. Es la técnica más empleada y se desarrolla siempre que no se vea afectado el esfínter.
Consiste en mantener la fístula abierta durante varias semanas, dejándola tiempo para drenar y sanar, evitando así la necesidad de hacer incisiones.
Resección del trayecto con colgajo o “Core Out”: esta técnica es más compleja y consiste en extirpar todo el trayecto fistuloso desde la piel al esfínter y posteriormente se cubre mediante un colgajo de tejido tomado del recto.
Una vez realizada la cirugía, es recomendable seguir una dieta rica en fibra y mantenerse bien hidratado para evitar el estreñimiento. Es probable que ocurra sangrado y dolor cuando vaya al baño los primeros días, y pasarán unas semanas o meses hasta que se cure completamente.

Benigna: Prolapso


El prolapso rectal es el descenso circunferencial del intestino rectal a través del ano. Esta patología tiene mayor incidencia en pacientes de edad avanzada.

Los factores predisponentes son todos aquellos que provocan un aumento del esfuerzo defecatorio y que alteren la musculatura de la pelvis, como son el estreñimiento, problemas asociados a la musculatura del suelo pélvico o el haber tenido varios embarazos y partos.

Normalmente el esfínter anal está normal, siendo únicamente el recto el que se mueve, sin embargo, esto puede ocasionar síntomas desagradables como son la secreción mucosa y manchado de ropa interior, el sangrado, sensación de evacuación incompleta, dolor, picor o sensación de bulto y pesadez, siendo la incontinencia el síntoma que más afecta a la calidad de vida del enfermo. Además, en pacientes con un prolapso de larga evolución se suelen encontrar úlceras y escoriaciones.
El tratamiento es necesariamente quirúrgico, buscando corregir el defecto anatómico y restaurar así la función defecatoria normal. La vía de abordaje puede ser perineal(tiene más recidivas) o abdominal(más eficaz), eligiendo una u otra en función de las características del paciente.

La técnica quirúrgica se realiza vía laparoscópica mediante unas incisiones mínimas en la pared abdominal, y se basa en fijar el recto al hueso sacro, lo que se conoce como rectopexia, utilizando además una malla para reforzar la unión, evitando así su deslizamiento y prolapso.

Después de la operación el paciente permanecerá ingresado hasta que el equipo médico compruebe la recuperación de las funciones intestinales, que suele ser de uno o dos días. Posteriormente se pautarán una serie de medidas higiénico-dietéticas y recomendaciones para los días siguientes, como son beber mucho líquido, realizar una dieta rica en fibra y evitar así el estreñimiento. La mayoría de las personas mejoran su incontinencia fecal y alivian los síntomas pasadas unas semanas.

Benigna: Hemorroides


Las hemorroides o almorranas son el prolapso de las estructuras vasculo-elásticas que almohadillan el canal anal. Es una patología muy común (se dice que prácticamente el 50% de la población las tiene) y no hay que tratar todas ya que algunas no dan síntomas.

En el canal de anal hay tres almohadillas hemorroidales y dentro de estas almohadillas existen múltiples formaciones vasculares. Las almohadillas, están fijadas al esfínter interno en tres posiciones:

  •   Lateral izquierda (“a las 3h”)

  •   Anterior derecha (“a las 7h”)

  •   Posterior derecha (“a las 11h”)

    La función de estas almohadillas hemorroidales consiste en contribuir al cierre del canal anal; es decir, en el cierre del canal anal además de las estructuras esfinterianas (esfínter externo e interno) participan las almohadillas hemorroidales. Por lo tanto, la función fisiológica de las estructuras hemorroidales es contribuir en la continencia. Por ello, solo hay que extirparlas si es necesario.

Encontramos diversos factores predisponentes como son los esfuerzos defecatorios (realizados por ejemplo durante el estreñimiento), embarazo y parto o herencia genética, situaciones que podrían debilitar las estructuras que fijan las almohadillas permitiendo su prolapso.

Las hemorroides se dividen en cuatro grados de gravedad en función del grado de prolapso

● GRADO I: cuando no se nota el prolapso, pues la almohadilla anal no desciende lo suficiente y únicamente existe sangrado con la deposición.

● GRADO II: cuando hay esfuerzo defecatorio prolapsan, pero espontáneamente se reducen cuando se deja de hacer la maniobra de Valsalva.

● GRADO III: cuando las almohadillas prolapsan fuera del canal anal y no se reducen de manera espontánea, solamente se reducen manualmente.

● GRADO IV: Cuando ya no es posible su reducción y están permanentemente prolapsadas.

- Sangrado, habitualmente al final de la defecación.

- Picor

- Sensación de bulto cuando se han prolapsado

- Ensuciamiento moco y restos de sangre en la ropa interior.

- Dolor o malestar perianal, si este es muy intenso puede indicar una complicación trombótica o una fisura anal.

Tratamientos hemorroides

El tratamiento de las hemorroides puede ser conservador o quirúrgico en función del grado de gravedad y la sintomatología: